sábado, 14 de noviembre de 2009

ALEKSANDR MIJÁILOVICH RÓDCHENKO




Exposición: Aleksandr Ródchenko
Fundación Canal Isabel II
Comisariado: Littmann Kulturprojekte
Del 10 de Octubre al 3 de Enero del 2010.

La Fundación Canal Isabel II en colaboración con el Museo Nicéphore Niépce nos ofrecre una gran selección de la obra del polifacético autor soviético A.Rodchenko (1891-1956)








La presente exposición nos muestra en seis grandes bloques las piezas más representativas de uno de los padres del Constructivismo ruso, Aleksandr Ródchenko. Artista enclavado entre los dos hitos más trágicos del s.XX, las dos Guerras Mundiales, de Ródchenko se puede afirmar, sin ningún género de dudas, que es un hijo de su tiempo. El movimiento Bolchevique, al que pronto se adscribiría, constituiría el vehículo más adecuado para mantener -sea el servilismo o el sevicio- el arte a expensas de una tarea más allá de sí mismo: la consolidación y el progreso del nuevo estado soviético. El Arte al servicio de la Revolución. La absoluta sinceridad y pulcritud de sus premisas y presupuestos se trasladarán igualmente a las propuestas estéticas. No obstante, confirmando las fórmulas clásicas de interpretación, la obra dice más de lo que el autor supuso, pues, pasados los años, el hermeneuta conoce mejor las líneas y lienzos históricos en los que cada fotografía se impresionó originalmente.

- Constructivismo. Germinado en pleno bolchevismo, la matriz de este movimiento vanguardista se alía explícitamente con la omniabarcante corriente de la Revolución. Lo que la Revolución Roja hace con el Estado, una entidad orgánica y organizada, es lo que Ródchenko lleva a cabo en la disciplina artística. Los supuestos son equivalentes, difieren la magnitud y escala del proyecto. El fotógrafo, el pintor, el escultor son los nuevos ingenieros que sientan las bases revolucionarias de un arte enquistado en convenciones acríticas: perspectiva, encuadre, armonía, composición, objeto...anclados a un pictorialismo clásico que debe sucumbir. El artista crea y modela con los nuevos gramajes. Construye, pues su labor es de ingeniería. "Tenemos que revolucionar nuestro comportamiento óptico. Tenemos que quitarnos el velo que tenemos delante de los ojos y ver más allá del ombligo. Las perspectivas más interesantes del presente son aquellas que van de arriba hacia abajo , desde abajo hacia arriba y sus diagonales". Casi trazadas con escuadra y compás, los vectores maestros de cada composición se presentan desnudos y puros, sin aderezos o sin pretensiones de un falso minimalismo. Constantemente perspectivas cenitales y nadir.




- El Retrato. Poeta, mujer, estudiante, madre...personajes estipulados por su fijismo social, por su función clara y concisa, atributos siempre constantes. No obstante no haber introducido grandes variantes respecto al retrato clásico, en estas primeras piezas de Ródchenko nos topamos en ciernes con los gestos que perdurarán en su obra: mirada resuelta, directa, limpia, rostros engrasados, fuertes y recios. Caso especialmente particular el del poeta Mayakovski. Si bien el autor era plenamente consciente de que una sóla fotografía no puede desentrañar las profundidades de un perfil psicológico, Ródchenko acabará por dejar de lado este género.


- Fotomontaje. Los nuevos objetos de culto se prestan inusualmente a la poética: artefactos tecnológicos, mecanos acerados, rostros encajados en un perfil de progreso constante, en la fe racional por y en el ser humano. Herederos del cientifismo de comienzos de siglo, la marea política empuja todavía con más intensidad unas combinaciones hasta ahora imposibles. Experimentales y programáticas. Piezas de un gran reloj.








- El Movimiento. El cuerpo, máquina perfecta, prologa nítidamente los trazos geométricos usados en todo plan. Porque es él quien debe reflejar y dar ejemplo de rectitud. Extremidades extendidas, en tensión, cuerpos esbeltos en punto de fuga. De ahí el extraño gusto, casi obsesivo por lo gimnástico, por la formación militar, por la marcha, por la maniobra, por el desfile, la composición armónica del organismo individualizado en un organismo superior. Perenne metáfora del Estado. Los escorzos, las perspectivas forzadas, los picados y contrapicados no son meros artilugios ópticos por el gusto estético, sino que resaltan brillantemente lo que una composición y perspectiva clásica es incapaz de ver: el cuerpo como vector, fuerza y dirección.









- Nuevos Puntos de Vista. Al igual que en su famoso salto, en el que es una incógnita reconocer señales en el cuerpo sobre su dirección, caída o ascenso, los objetos fotografiados por Ródchenko cargan con una nueva visión. Un optimismo desmedido, muestra de potencia e incremento vital. La arquitectura se expone imponente, como obra majestuosa de la delicada mano humana. El árbol, símbolo natural por excelencia, se tala -en filiación con todo acto revolucionario- y renace mejorado, superado por el ingenio del hombre. La nueva Cruz de Cristo, abolida toda religión en el socialismo, es el Poste Telefónico, la Antena de Radio, la Chimenea Humeante... La geometría y matemática, pues el mundo se forja sobre estos crisoles, son los gestos invertidos de lo divino. El ser humano ha destronado a Dios, reconociendo su futilidad, pero recoge su cetro, su omnipotencia. La Naturaleza ya no es por más venerada inocentemente: es materia a transformar. Sombras, luces, trigonometrías y volúmenes eternamente representados y venerados como la prueba de la autonomía y proyecto humano.


- Infancia. Estado transitorio y pasajero hacia el adulto. Máxima operatividad. Disciplina en cuerpo y alma. "El futuro es nuestra única meta".







- Ciudad y Tecnología. "La ciudad moderna con sus bloques de piso, plantas de producción, fábricas, zonas de escaparates de dos o tres alturas, tranvías, automóviles, publicidad en tres dimensiones, trasatlánticos, aviones...todo ello [...] ha cambiado forzosamente en gran medida la psicología tradicional de la percepción. Parece que sólo la cámara fotográfica sea capaz de representar la vida moderna"
Metástasis de la construcción, vías sanguíneas de la ciudad, flujo, andamiaje galvanizado, la metrópolis está en marcha, en irrovocable metamorfosis de progreso. Los nuevos paisajes naturales están salpicados de cemento, canales, maquinaria pesada, industria de lo mejor, donde el ser humano, como engranaje y acople maestro juega su papel divino.

Regla de la evidencia: aquello que se presenta de forma clara y distinta a un espíritu atento. La obra de Ródchenko es fiel a sus postulados. No es obstáculo para que fueran revolucionarios.


http://www.fundacioncanal.com/

1 comentario:

  1. buen analisis. las fotos son tuyas? si no es asi cita las fuentes pues te puede dar problemas

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